
Tenemos que saber que dependiendo de la cantidad y tipo de parásitos internos que tenga nuestra mascota, pueden afectarle más o menos. Entre otros daños, pueden dañar tejidos, obstruir el intestino, extraer sangre, vitaminas…
Cuidar a nuestra mascota no sólo implica que esté cómodo en una bonita cama y que tenga comida y agua suficiente, todo ello muy importante, pero no debemos olvidar la salud y lo necesario que puede llegar a ser una visita al veterinario de forma periódica. A menudo a nuestras mascotas no les gusta el momento de tomarse la pastilla de la desparasitación y, por eso, mucha gente desiste de hacer pasar a su animal de compañía por un momento feo, pero no podemos olvidar los problemas de salud que se pueden llegar a evitar pasando por unos segundos malos cada cierto tiempo.
La no desparasitación de nuestra mascota puede llegar a crear problemas en nosotros mismos ya que el parásito que se encuentre alojado en él puede poner huevos o larvas que terminen perjudicando a las personas cercanas al animal. Según el parásito que sea, puede llegar a causar problemas realmente graves en las personas.
Si sabemos que nuestra mascota tiene parásitos, hemos de mantener cierto cuidado a la hora de interactuar con ella ya que de lo contrario podemos vernos infectados por dicho parásito. Especialmente será crucial una buena higiene, lavándonos las manos después de haber jugado con nuestra mascota (ya que a través del pelaje podemos adquirir huevos o larvas), igualmente no debemos estar en el lugar donde el animal defeca sin haber desinfectado de forma correcta el sitio.
De cualquier forma, debemos ser responsables con nuestros animales ya que podemos evitar grandes problemas de forma muy sencilla: teniendo una rutina de acudir al veterinario y desparasitar a nuestra mascota cada tres meses.
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