En el tratamiento del autismo, el empleo de perros ha demostrado excelentes resultados. Obviamente que depende de cada caso, pero en general es muy recomendable. Esta enfermedad afecta, entre otras cosas, muy seriamente la comunicación social. Los perros ayudan a romper esas barreras.
También en la depresión los resultados son muy buenos. Elegir la mascota adecuada es la clave, pero un perro alegre y cariñoso puede hacer una gran diferencia.
En las personas de tercera edad, la ayuda puede ser aún más completa, realizando pequeñas ayudas como levantar objetos del piso, etc. Obviamente que lo afectivo es clave.
Imagen: diarioanimales.com
Los perros y la terapia para adicciones
Los perros que se utilizan como ayudantes para el tratamiento de algunas enfermedades, cumplen un papel muy importante. Está claro que el perro en si no cura, pero colabora con muchos tipos de terapias. Una de ellas es la de las adicciones. En varios centros se emplea este tipo de tratamientos, aunque no en todos los casos. La seguridad del perro es algo clave.
Las personas con problemas de adicción, suelen tener serias dificultades para expresar cierto tipo de emociones. Los perros facilitan mucho este aspecto. El cuidar un perro implica una responsabilidad, cosa que estas personas es algo que muchas veces nos han desarrollado.
En algunos lugares se les enseña adiestramiento. Esto significa también, además de la propia ventaja de comunicación de sentimientos, una posible salida laboral de futuro, una vez superada la enfermedad.
Si bien depende del caso en particular, los resultados parecen ser muy buenos.
Imagen: perrosqueayudan.cl
Como lograr la inhibición de la mordida (I)
Los perros, por naturaleza, muerden cuando juegan. Basta ver el juego de dos perros, de cualquier edad, donde lo más notorio son los gruñidos, empujones y mordidas. De hecho, da la sensación de que se están peleando cuando en realidad están pasando un muy buen momento.
El punto es que para el perro, nosotros somos parte de su grupo y jugar es parte de la conducta tolerablen y está bien. Claro, si el juego incluye esas mordidas, no nos irá muy bien. Por ese motivo, es importante enseñar al perro a inhibir esas mordidas, que pueden llegar a ser desde una molestia a un problema.
En realidad la forma de hacerlo es sumamente simple y se basa en la observación de la conducta entre perros. Solamente se trata de hablar su idioma, de moda que puedan comprender que es lo que queremos y que no.
Imagen: tuscachorros.com
Como lograr la inhibición de la mordida (II)
En un post anterior veíamos como un juego natural y normal para el perro, que obviamente incluye mordidas, puede ser peligroso para nosotros y la importancia de educarlo en ese sentido. Cuando dos perros juegan así y uno muerde más fuerte, el otro simplemente chilla, la mordida se torna más suave y siguen jugando.
Si nosotros gritamos o empujamos al perro, este va a creer que es parte del juego. Si un niño al jugar así sale corriendo y gritando ante la mordida, el perro va a creer que ahora el juego es atraparlo. El punto es que el lenguaje del perro y el nuestro es otro.
Tenemos dos opciones. O reaccionamos como ellos y lanzamos un chillido fuerte cada vez que el perro al jugar muerde, o en ese mismo momento gritamos no y detenemos el juego. Pero cuando elegimos una opción tenemos que seguir siempre con la misma y hacer exactamente lo mismo en igual situación.
Si el perro insiste, hacemos un time out. Es decir, nos vamos y lo dejamos solo, sin hacer ningún contacto visual. Retomamos el juego, vuelve a morder, volvemos a chillar o decir que no muy fuerte… si insiste lo volvemos a dejar solo.
En un tiempo aprende seguro.
Imagen: parasaber.com
Marcando la jerarquía a nuestro perro (I)
Los perros son animales muy sociables pero con una gran rigidez jerárquica, como hemos desarrollado varias veces. Para el perro ocupar un lugar seguro en la escala jerárquica, es fundamental. El problema es que algunos perros, pretenden ocupar el primer lugar, y eso es muy peligroso. Por eso la educación es clave para que el perro sepa cual es su posición.
Y no humanicemos sus sentimientos, no se pone triste por ser el de menos importancia del grupo en cuanto a mando. Es un error considerarlo así.
Para un perro hay claves en el comportamiento que le marcan su lugar. Solo con esas conductas el perro comprende claramente que se espera de el.
Un ejemplo es la alimentación. El perro debe ser alimentado después que nosotros. Debe vernos comer, y no debe hacerlo a la misma vez ni antes. Siempre después. Tiene que esperar a que nosotros finalicemos, tal cual ocurre en una manada de lobos, que van comiendo en orden jerárquico.
Imagen: blogociologico.blogspot.com
Marcando la jerarquía a nuestro perro (II)
El lugar que ocupa el perro en la escala jerárquica de nuestra familia, es muy importante, y tiene que saber que su lugar en el mando, es el último, sin duda alguna. De otro modo, la conducta del perro puede ser agresiva, para marcar su posición de dominio. Con sutiles conductas dejamos claro ese lugar. Veamos más consejos.
El sitio donde duerme no puede ser de privilegio. No puede ser ni nuestra cama ni un sillón donde usualmente nos sentemos. Su lugar tiene que ser propio y solo para ese uso.
No debemos dejarlo que descanse en los sitio de paso, como la entrada de la casa. Puede que los sienta propios y no nos permita el paso.
Para jugar con el, tenemos que comenzar y terminar el juego nosotros mismos. Claro que es muy importante jugar con el perro, y si la iniciativa necesariamente es nuestra, no debemos olvidar hacerlo.
Cuando lo sacamos a pasear, o pasamos por una puerta con el, tiene que hacerlo detrás nuestro y nunca a nuestro lado ni delante.
Imagen: mascotas.vet7.com
Los perros policías
Seleccionar un perro como potencial policía no es tan simple. Estos perros desempeñan un papel muy importante en colaboración con la policía. Se los usa para detectar sustancias prohibidas, búsqueda y rescate de personas, etc. Por todo ello, no cualquier perro puede serlo.
En general se prefieren pastores alemanes, pero también hay otras razas de uso frecuente, así como algunos mestizos. Pasan por un riguroso examen veterinario, para asegurarse de que su estado físico es el mejor.
Se entrenan perros para estas tareas a partir del año o algo más. El carácter tiene que se sumamente dócil, inteligente y sereno. El entrenamiento promedio dura unos 5 meses, y se les asigna una persona con la que van a trabajar.
Los perros con excelente olfato se los entrena en especial en tareas que requieran esa característica. Se dedican a tareas de detección de drogas y explosivos, en forma rutinaria en puestos especiales.
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Modificando la conducta de la mascota
Muchas veces nos puede ocurrir que nuestra mascota tenga conductas indeseables. Esto puede ser un problema de diferente magnitud. Tal vez tenga una conducta simplemente molesta, o podemos llegar al extremo de que el animal sea francamente peligroso.
Modificar la conducta de un animal muchas veces es posible. Lo que no es posible es hacerlo sin modificar nuestra conducta. Porque cuando una mascota hace algo no deseado, en la enorme mayoría de los casos, esto ocurre por errores que cometemos nosotros.
Si consultamos a un especialista y no cumplimos cabalmente y de un modo consistente con lo que nos aconseja, no obtendremos resultados de ninguna clase. No hay soluciones mágicas, cuando podemos encontrar esa solución, siempre, y en todos los casos implica un cambio de nuestra parte.
Una de las bases para modificar la conducta de una mascota es conocer las causas de la misma. Si a un perro, por ejemplo, le adjudicamos sentimientos y pensamientos humanos, nunca llegaremos a buen fin.
Imagen: encantadordeperros.org
Fuente blogmascotas.com
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