Darwin Angulo, entrenador canino, le ayuda a comprender mejor este tema
Tener una mascota tan activa y grande como un perro (sin importar la raza) representa una gran responsabilidad, y precisamente dentro de ella hay muchos otros compromisos tales como la ‘educación’ o el adiestramiento del animal.
El adiestramiento de un perro no sólo nos permitirá establecer el lugar del animal dentro de la familia, sino que juega un papel muy importante para asegurar una feliz y exitosa relación de ‘amo-mascota’. A través del entrenamiento un perro entenderá mejor su lugar dentro del ambiente familiar y lo que sus compañeros humanos esperan de él, además de que le será más sencillo adaptarse a la mayoría de los ambientes donde se desenvuelva. Al mismo tiempo, mientras los humanos entendamos mejor el comportamiento de los perros, más gratificante será nuestra relación con ellos.
Lo que hace que los perros sean la mascota favorita de los humanos es que, al igual que las personas, todos tienen diferentes personalidades y son animales sumamente sociables. Para ellos es muy natural vivir e interactuar con un grupo. En ocasiones, la convivencia llega a ser tan agradable que incluso algunas familias les atribuyen valores humanos a sus perros, lo cual puede representar un grave problema puesto que éstos nunca dejarán de ser animales con un instinto salvaje más desarrollado que el nuestro. Por eso es tan importante que antes de adoptar una mascota, en este caso un perro, nos informemos muy bien tanto de sus cuidados y características como especie como las diversas razas que existen.
A pesar de que los perros hoy en día están domesticados, todavía requieren de una estructura de grupo o manada como la de sus ancestros y parientes salvajes, los lobos. Por naturaleza, algunos perros son manos y obedientes, mientras que otros adoptan el papel de líderes y tiene un comportamiento más rebelde. Sin embargo, en el grupo formado por caninos y humanos es imperativo que el perro entienda que él tiene menor rango que cualquier otro humano, incluyendo a los niños, y esta tarea es responsabilidad de sus dueños.
Uno de los modos más comunes en que los perros suelen dar a notar la jerarquía dentro de la manada es siguiendo reglas muy básicas, por ejemplo: un perro líder siempre come primero y se hace merecedor al mejor lugar para descansar, siempre y cuando así lo desee. Estas reglas pueden ser copiadas o imitadas en la relación entre humanos y caninos, por ejemplo, una forma muy sencilla de establecer y mantener a su familia y a usted en la posición de líder es controlando los juegos que usted y su perro juegan; es decir, usted siempre debe quedarse en posesión del juguete cuando el juego termine.
Obviamente los perros no se comunican como las personas. El lenguaje de perro a perro es muy diferente al lenguaje de persona a persona y depende de nosotros los humanos el tratar de entender y aprender dicho lenguaje animal. En su mayoría, las personas se comunican verbalmente, mientras que los perros tienen formas de comunicarse con señales y signos a través del lenguaje corporal. Por lo tanto, para convertirnos en buenos entrenadores, necesitamos reconocer y entender el lenguaje corporal de nuestros perros.
A continuación, le presentamos una pequeña guía que lo llevará a través de los pasos más importantes de entrenamiento para un perro.
Socialización canina:
Este término socialización canina describe el proceso por el cual un perro aprende a relacionarse con las personas, con otros perros y con el medio ambiente. Los perros nunca dejan de aprender, lo hacen durante toda su vida; sin embargo, la edad durante la cual las experiencias tendrán un mayor impacto es la etapa entre los 6 meses y el año de edad, cuando todavía es un cachorro. Lo que experimente un perro durante ese periodo es fundamental para su futuro y tendrá un efecto duradero en su comportamiento.
Cuando adquiera un cachorro, asegúrese de disponer del tiempo necesario para invertir en un programa intensivo de socialización, ya que a través de éste usted está sentando las bases del comportamiento que su perro tendrá más adelante en su vida; recuerde que ‘es mejor prevenir que lamentar’. Además, este proceso de entrenamiento es muy divertido y le brinda la oportunidad de conocer mejor a su mascota.
El programa de socialización canina debe comenzar tan pronto obtenga el cachorro. Lo más importante para iniciarlo es encontrar ambientes donde su cachorro este cómodo, tranquilo y atento. Sin embargo, también es importante que el cachorro salga a pasear en automóvil, conozca al cartero, tenga contacto con los vecinos y otros perros o animales, camine por las calles y aprenda a tolerar la presencia y el ruido que haya dentro y fuera de su hogar. Con esto, usted estará preparando a su cachorro para enfrentar cualquier suceso, para que de esta manera cuando él encuentre a alguien o algo nuevo, lo reciba con curiosidad en lugar de miedo o agresión.
Un punto muy importante en este proceso de socialización es la educación de los niños, a los que es necesario enseñarles las reglas básicas sobre cómo tratar al cachorro. Para ello siempre debe haber un adulto supervisando a los niños y a los perros.
El tratar de exponer a su perro a todos los estímulos que encontrará en años futuros es irreal y hasta imposible. Sin embargo, si usted puede enseñarle que las experiencias nuevas son placenteras, él crecerá sabiendo que las situaciones y los objetos desconocidos son algo que se debe explorar y no algo a lo que se le debe temer.
Entrenando a su perro para que orine y defeque fuera de la casa
Para los cachorros criados en condiciones normales, el entrenamiento raramente representa un problema. Esto se debe a que un cachorro que ha sido criado con su madre hasta las 6 o 7 semanas de edad habrá aprendido a alejarse de su área de dormir para hacer sus necesidades. Por instinto, a los cachorros les gusta estar limpios, por eso rara vez encontrará un cachorro que ensucie su área de dormir si tiene otras opciones.
Un cachorro de corta edad necesita orinar y defecar continuamente debido a que tiene la vejiga y los intestinos muy pequeños. Esto, más que representar un problema, le da a los dueños muchas oportunidades de elogiarlo cuando haga sus necesidades en las áreas correctas, dándole la oportunidad de aprender rápidamente. No castigue a su cachorro por hacer las cosas mal, es su responsabilidad asegurarse de llevarlo a las áreas que usted escoja para que él haga sus necesidades. Por lo general, los perros suelen orinar y defecar muy temprano en la mañana (tan pronto como se levanta), después de cada comida y en intervalos de una hora. Lleve a su cachorro fuera de la casa, espere hasta que él haga sus necesidades y luego recompénselo con una galleta o jugando con él.
Por otro lado, enseñar a un perro a aliviar sus necesidades en un jardín o en alguna área determinada antes de que salga a pasear, le ayudará a prevenir incomodidades en la calle. De todos modos, siempre lleve con usted una bolsa y un recogedor para que en caso de que su perro defeque en un lugar público usted pueda limpiar lo que él ensucie.
Condicionamiento Positivo
Como lo mencionamos antes, el entrenamiento juega un papel crucial para que la relación entre usted y su perro sea más alegre y exitosa. Los fundamentos para que su perro sea feliz y se adapte a cualquier situación cotidiana se establecen durante las primeras etapas de su juventud con un programa de entrenamiento bien estructurado, por lo tanto este debe ser divertido para usted y su perro.
Existen muchos métodos de entrenamiento, pero los más eficaces son aquellos basados en el ‘condicionamiento positivo’, lo cual significa que su perro es recompensado por sus buenas acciones.
Para que el entrenamiento de su perro sea más sencillo, usted necesita entender cuál es su proceso de aprendizaje. Para los perros, el aprender consiste en adoptar nuevas conductas y ver qué consecuencia tiene el resultado de la misma. Por ejemplo: si un comportamiento o acción tienen como resultado una buena consecuencia, su perro repetirá esa conducta, de lo contrario la evitará en la mayor medida posible. Un entrenamiento efectivo debe ser una combinación de información (lo que usted quiere que su perro haga), motivación (una razón para que su perro lo haga) y oportunidad (el momento en que uno lo recompensa por la buena acción).
El entrenamiento condicionado al sonido utiliza el principio del condicionamiento positivo. En este entrenamiento, se utilizan los silbidos o el chasquito de dedos. El próximo paso consiste en asociarle un significado positivo al sonido, diciéndole al perro que lo hizo muy bien.
Uno de los ejercicios más simples que puede probar con su perro durante el entrenamiento condicionado al sonido, es enseñarle a sentarse: guarde la recompensa en su mano y espere a que su perro se siente. Sea paciente, no intente darle otra orden ni trate de poner al cachorro en la posición deseada. Tan pronto su perro se siente, realice el chasquido y déle su recompensa. Repita esto varias veces en sesiones de entrenamiento cortas y en distintos lugares.
Luego, sustituta los sonidos con palabras como: ‘sentado’, echado’, ‘quieto’, ‘ven’, ‘no’, ‘bien’, etc. En la medida que su perro cumpla la orden, sígale dando su recompensa. Recuerde que dependiendo el tipo de orden usted debe variar el tono de su voz: utilice un tono de voz grave para SENTADO, ECHADO, QUIETO y NO; utilice un tono de voz alegre para VEN o BIEN.
Existen muchos métodos de entrenamiento para entrenar perros, pero el condicionamiento positivo y al sonido siempre deben estar presentes. Sólo mediante un buen entrenamiento, su perro logrará una ‘buena educación’ y aprenderá a diferenciar entre las conductas buenas y malas.

Los perros odian a los gatos, persiguen a los zorros, son amigos de los caballos, se comen a los pájaros y algunas razas trabajan pastoreando con ovejas y otras razas las matan.
Son gregarios, les gusta vivir en grupo y conviven con el hombre desde hace miles de años, con sus costes y sus beneficios.
En gran medida dependen del material genético heredado de los padres y sobre todo, del aprendizaje y el "imprinting" (la impronta) en la fase de socialización.
Y… ¿qué es la impronta? Por impronta o troquelado (imprinting) se entiende el proceso (o procesos) por el cual un miembro de una especie dada adquiere preferencia por interactuar social o sexualmente con determinado tipo de individuos como consecuencia de la experiencia.-
Los primeros pasos de los perros durante sus encuentros con otros animales, bien sean éstos de la misma especie o distinta, siguen unos esquemas de comportamiento, relativamente estables.
Los perros se comunican entre sí, mediante señales corporales, sonidos y olores químicos.
En estas ocasiones, cualquier movimiento del rabo, de las orejas o de otras partes del cuerpo y cualquier sonido que emita el otro animal se interpreta según un lenguaje canino.
La posición de las orejas y la cola nos dice mucho acerca de su estado de anímico. El encuentro de dos machos que se desconocen, es como un ritual: se acercan el uno al otro con pasos airosos y con la cabeza y la cola erguidas . Los perros más inseguros, se empequeñecen agazapándose y levemente echando las orejas hacia atrás, mantienen la cola apretada entre las patas y no dejan que otro perro les huela por detrás, en cambio un perro dominante (Alfa) se agranda erizando el pelo de la nuca y el espinazo, se pone rígido y tenso y clava en su antagonista la mirada.
La mirada fija suele ser señal de amenaza, si el dueño de un perro mira fijamente a su perro, por regla general el animal desviará la mirada y se mostrará sumiso.
Aquí es dónde surge el problema con muchos animales, al hablarse con lenguajes diferentes, les lleva a una mala interpretación de muchas señales.
Por ejemplo: perro y gato muchas de las veces no pueden entenderse entre otras cosas, porque las señales emitidas entre ellos tiene distintos significados. Al acercarse un perro a un gato el gato le mirará fijamente al perro, así que el perro con la cola levantada verá que el gato no desvía la mirada con lo que se lo tomará como que el gato le está amenazando aunque para el gato la amenaza venga de la posición de la cola y el lomo erizado (para decirle al perro lo grande que es …), si el gato se queda quieto será muy raro que el perro le ataque, normalmente atacan y persiguen a los gatos, cuando estos echan a correr, al perro se le levanta el instinto de caza y corre tras su presa.
El perro también se comunica con el hombre, aunque en ocasiones, muchos dueños, no entienden determinados despliegues conductuales que tiene su perro como fin primordial de comunicarse con su dueño y se comportan de forma incorrecta con su perro.
Puesto que la comunicación, como todos sabemos, consiste en la transmisión de un mensaje entre un emisor que lo codifica según un código y un receptor que lo interpreta o decodifica según ese mismo código. La comunicación implica intencionalidad por parte del emisor: esta intencionalidad puede objetivarse en un proceso por el cual la conducta de un individuo afecta a la conducta de otro individuo.
En realidad, los etólogos hablan de comunicación cuando la conducta de un individuo cambia la probabilidad de aparición de una determinada conducta en el receptor.
Muchas veces este mal entendimiento entre el dueño de un perro y su perro, es motivo de la “humanización” que hacemos de nuestro perro y siempre tenemos que tener muy presente que todos los perros descienden del lobo, no son niños.
Misma filogénesis, distinta ontogénesis.
La impronta, es de gran importancia, ya que gatos y perros, que hayan vivido juntos desde pequeños son capaces de comprenderse y de comportarse según esquemas comunes (esto puede extenderse a la relación de perros con otros animales)
El perro y el gato cuando logran superar el problema de comunicación empleado en sus lenguajes diferentes, son capaces de comprenderse y comportarse tranquilamente unos con otros.
El perro no encuentra ninguna dificultad en vivir también con otros animales.
Lo importante es que el cachorro haya tenido ocasión de socializarse y por tanto desarrollar la capacidad de comunicarse y fraternizar también con otros individuos.
Unos cachorros que durante el período de socialización, viven junto con ovejas o con vacas, desarrollan la capacidad de comunicarse y fraternizar con estos animales también de adultos sin ningún problema.
De este modo, es como precisamente los pastores, además de disponer de razas genéticamente predispuestas y adaptadas para este fin, han tenido y continúan teniendo, la costumbre de hacer convivir a sus perros con sus rebaños y sus manadas.
Con una buena socialización es posible ver a perros y gatos juntos, quizás no jugando, pero si compartiendo hogar.
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