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jueves, 24 de mayo de 2012

¿El bozal es para todos o para algunos?

¿Cómo sabemos cuando el perro puede ser peligroso y cuándo no? Realmente es algo muy difícil. Pero haciendo esta selección por razas, los perros mestizos estarían excluidos.

¿Y qué ocurre con el pobre perro que por haber nacido de una determinada raza se le cataloga como peligroso y tiene que sufrir de las incomodidades de un bozal? podría darse el caso de un perro no peligroso considerado por ley como "peligroso" acudiera a un parque y que otro perro considerado "no peligroso" por la ley le atacara, ¿que ocurriría? sencillamente que el pobre can indefenso con bozal saldría bastante mal parado por no poder defenderse, eso es lo que ocurriría.

Recordemos que las leyes no se pueden generalizar, espacialmente cuando se habla de perros y más que todo debemos apelar a la conciencia y a la moral, máxime si somos propietarios de un perro.

Creemos que un perro que lo necesite debe llevar bozal y correa. Y todos los perros que circulen por vías públicas deberán ir con su correspondiente correa, para evitar problemas con otros perros y con otras personas, en los parques destinados a los perros cuidaremos de que nuestro perro se comporte debidamente para facilitar una convivencia tranquila y normal.

Lo más importantes es que siempre tenemos que vigilar a nuestro perro, en el lugar donde se encuentra, especialmente si vamos a soltarlo y dejar que pasee por la grama o el parque. Además, recordemos que el principal culpable de cualquier acto negativo es el propietario del can.

Fuente: Mascotas.com 



Perros de Trabajo

 Durante siglos el perro ha acompañado al hombre brindándole su ayuda y compañía. Es por ello que con justa razón se considera a este noble animal como “el mejor amigo del hombre”.

Desde tiempos antiguos se han empleado perros de trabajo para realizar distintas tareas como pastoreo, caza y guarda. Su temperamento, conducta y físico, fueron desarrollándose con el transcurso del tiempo de acuerdo a la función que debían realizar.

Posteriormente, en las cortes reales, se popularizó la idea de utilizarlos como mascotas, moda que ha perdurado hasta nuestros días.

Actualmente los perros de trabajo son entrenados para tareas específicas. Aunque se les clasifica de muchas formas, la principal es la que separa las razas de acuerdo a su función.

Los perros de trabajo se emplean para jalar trineos, salvar vidas, como lazarillos, para cazar, para guardia y defensa, entre otros.

Veamos un poco más en detalle las diversas funciones que realizan los perros de trabajo.

Perros de guardia y defensa:

Son perros que poseen características especiales para la vigilancia y la protección. El Dobermann, Bóxer, Ovejero Alemán y Rottweiler, son razas ideales para actividades de seguridad y defensa.

Perros de búsqueda, rescate y salvamento:

Su misión es salvar vidas. Se les entrena para que puedan localizar, escarbar y señalar el lugar donde se encuentran soterradas las víctimas de una catástrofe, bajo escombros o nieve, de tal forma que el equipo de socorristas pueda continuar con la labor de rescate.

Se estima que un perro de salvamento puede hacer en 20 minutos, el trabajo que le tomaría diez horas a un grupo de socorristas.

Perros policía:

Cada vez es más habitual encontrar perros trabajando en las fuerzas policiales. Se utilizan principalmente para detectar drogas o explosivos.

Los canes que realizan trabajos policiales son por lo general perros que se adaptan fácilmente a cualquier ambiente, poseen buena condición física, buen instinto de caza y les gusta seguir señuelos. Desempeñan su trabajo de los 2 hasta los 8 años de vida.

Perros-guía:


Estos perros también llamados lazarillos, son una ayuda de gran valor para los invidentes, ya que les brindan seguridad y autonomía para que puedan desplazarse solos.

Las principales características que deben tener los perros-guía son: no sobrepasar la talla mediana para que el manejo resulte cómodo a su dueño, ser sociables y obedientes.

Generalmente para esta labor se utilizan las razas Labrador, Golden Retriever y Pastor Alemán.

Perros de Caza:
Son criados para perseguir a la presas. Suelen ser perros de tamaño mediano, pelaje corto y complexión atlética. Necesitan mucho espacio para ejercitarse, por lo que no siempre se adaptan a la vida urbana. Son perros amistosos pero son fuertes instintos de caza.

Dependiendo de su técnica de caza se dividen en: lebreles y sabuesos. Entre estos se encuentran: los Hound, Sabuesos, Teckel y afgano.

Perros de Muestra:

Estos son criados para trabajar en colaboración con el hombre. Suelen ser compañeros deportivos, leales, amistosos, vivaces, sensibles, dóciles y muy inteligentes. Poseen múltiples usos como por ejemplo: rastrean la presa, indican el blanco al cazador, portan la pieza abatida, etc.

Este tipo de perros necesitan mucho ejercicio y son muy apreciados como mascotas familiares. Entre las razas que figuran en esta categoría están los setters, retrievers, spaniels, caniches y pointers.

Perros Pastor:

Al igual que los perros de caza, los pastores son una categoría que se ha utilizado durante siglos. Estos perros se adiestran para controlar el movimiento del ganado bovino y ovino, aunque también pueden utilizarse para controlar venados y pollos.

Son perros activos, inteligentes y de pelajes distintivos. Existe gran diversidad de razas de perros pastores. Inicialmente eran altos y fuertes para brindar protección al ganado contra lobos y osos. Más adelante se empezaron a utilizar razas más pequeñas pero bastante ágiles.
Actualmente este tipo de perros entre los que figuran: el pastor alemán, pastor inglés, pastor belga, welsh corgi, schnauzer gigante, y los collie, se utilizan como perros de compañía y/o perros de exposición.

Cualquiera que sea la labor que realicen los perros de trabajo, representan una gran ayuda para el hombre y además constituyen una excelente compañía.

Fuente: mascotas.com 



Consejos : métodos para evitar ladridos molestos

 Un ladrido normal, que avisa a sus propietarios de irregularidades no sólo es normal, sino útil e incluso saludable para el perro. Sin embargo, los dueños que permiten que sus perros ladren excesivamente están creando un problema para el público y pueden ser denunciados, además de crear un rechazo por parte de sus vecinos. Vamos a ver por qué se produce este hecho y qué formas tenemos para reducir e incluso eliminar el ladrido excesivo, haciendo al mismo tiempo que el animal no sufra estrés y tenga una mayor y mejor relación con sus dueños.

Los perros ladran por muchas razones. Algunas razas de caza, como el Basset Hound y los Terrier, los utilizan para que ladren mientras comienza la caza, y otros como el Husky, el Alaskan y el Samoyedo aúllan, para estimular y dirigir a la manada. Eliminar este comportamiento heredado en estos perros puede ser difícil.

Otros perros ladran por miedo o por ser muy territoriales. Si nosotros instalamos a nuestro perro cerca de la valla, en aceras muy transitadas o lo sometemos a otros estímulos excitantes, ladrarán mucho. Muchos perros ladran excesivamente por aburrimiento, soledad o ansiedad.

Si nosotros actuamos sobre estas causas permitiendo que jueguen con compañeros, con sus juguetes, colocándolos en zonas poco transitadas y eliminando otros estímulos podemos conseguir que dejen de ladrar.

Lo primero que debemos hacer para corregir los ladridos excesivos es, como en cualquier problema ya sea psíquico o físico, identificar la causa de la conducta del perro. Entre las causas posibles podemos encontrar:

La soledad:
Se trata de la causa más común. Los perros son animales de grupo, tienen un comportamiento social y deben tener compañeros para sentirse seguros. En nuestra sociedad, su familia humana es como un grupo de perros. El perro al que se le mantiene exclusivamente fuera de nuestra vivienda, se le separa de su familia y se siente con ansiedad y aislado. Ladra para expresar su soledad. La mejor solución para esta situación es permitir que el perro viva dentro. Si esto no es posible debido a alergias u otros obstáculos graves, un segundo perro puede proporcionar la idea de pertenencia al grupo del perro que ladra. Sea prudente al seleccionar el segundo perro y escoja una raza tranquila con poca o nula predisposición al ladrido excesivo. En todo caso, debemos de pasar algún tiempo con ellos para que se sientan integrados en un grupo y tengan un comportamiento social normal.

Territorialidad / miedo:
Otros perros ladran porque los estímulos exteriores los agitan. Ser ubicado en una acera ocupada, debajo de una escalera, en un campo de juegos o en áreas de alta actividad humana causará que los perros ladren para proteger su territorio o por miedo a extraños. Trate de encontrar una ubicación en su propiedad donde el perro esté lo menos expuesto a estos estímulos. Proporciónele una caseta para que se retire a descansar si lo desea. Nunca deje a su perro en una zona donde pueda ser molestado por niños o personas que pasan continuamente. Estas situaciones hacen que los perros tengan miedo o sean excesivamente territoriales y puedan provocar agresiones o molestias a las personas que pasen cerca de ellos.

Falta de socialización:
Los perros bien socializados ladrarán menos. Han sido expuestos a una variedad de situaciones, a la gente, a otros animales, a ruidos, a coches, etc. y están adaptados a comportarse equilibradamente y por tanto es menos probable que ladren por miedo o por protección. Los perros bien socializados viven dentro de casa donde forman parte de la familia y aprenden, diariamente, lo que es un comportamiento aceptable. Ellos se sienten confortables alrededor de gente nueva y situaciones nuevas. Todos los perros deben ser expuestos positivamente a situaciones nuevas y recompensados por su buen comportamiento (refuerzo positivo).

Proporcione distracciones:
Si su perro ladra mucho cuando se queda solo, puede ser debido a un problema de aburrimiento o un problema de ansiedad por separación. En ambos casos la terapia más adecuada es llamar su atención para que se distraiga y esto podemos conseguirlo dejándolo con juguetes variados que le tengan entretenido.

Si el juega con los juguetes estará demasiado ocupado para ladrar. Los juguetes utilizados deben cumplir ciertas funciones: que no sean tóxicos, que entretengan al perro y que no pierda su interés rápidamente. Estas propiedades las tienen los juguetes Kong, que se pueden rellenar con comida de perro o con galletitas. Congelando los Kong hacemos que las galletitas y el pienso duren más tiempo y tendrán entretenido a su perro durante horas.

Debemos cambiar estos juguetes para que el perro no se aburra por tener siempre los mismos, además debemos dárselos como un premio cuando nos vamos, así de esta manera estará más entretenido y no nos destrozará la casa, ni ladrará, ni se aburrirá.

Adiestramiento:
Eduque a su perro para evitar que ladre excesivamente.
Nunca acaricie ni tranquilice a su perro si ladra por miedo. Esto reforzará su comportamiento de ladrar, que es el que usted trata de evitar. Reprima el ladrar excesivo. Cualquier reacción positiva que él obtenga reforzará su conducta y hará más difícil su control.

Si su perro ladra pidiendo algún juguete, una galleta, sacarle de paseo, etc. No ceda a sus demandas y no recompense la conducta indeseable. Espere hasta
que él se haya callado para darle su recompensa.

Enseñe a su perro la palabra ‘Silencio’ o ‘No’ para que sepa que es una orden y así sepa que tiene que hacer. Para enseñar ‘Silencio’ o ‘No’ a su perro usted necesitará producirle un estimulo negativo que puede obtener con un rociador lleno de agua con zumo de limón. Cuándo su perro ladre y no deba hacerlo, rocíele la boca y diga ‘Silencio’ con un tono de voz fuerte. El sabor será una respuesta negativa a ladrar y él aprenderá a dejar de ladrar para evitarlo. Este método se debe usar a los 2-3 segundos de ladrar o no tendrán efecto.

Acaricie y recompense a su perro cuado él esté callado. Los perros quieren complacer y aprenderán que complacen cuando están callados. Cuando el perro es expuesto a un estímulo donde en cualquier otro momento habría ladrado, pero decidió no hacerlo como usted le enseñó, recompénselo con caricias, galletitas y prestándole más atención.

Nunca golpee, maltrate o mantenga la boca de su perro cerrada. Esto sólo enseñara a su perro a tenerle miedo y puede causar más problemas como que ladre más por miedo o, incluso, que ataque. La manera apropiada de reducir los ladridos es identificar la causa y enseñar al perro que no es una conducta aceptable.

Recuerda que es tu responsabilidad como dueño enseñarle un comportamiento aceptable y reprimir las conductas indeseables.

Fuente: Mascotas.com

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