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jueves, 7 de junio de 2012

El asma en los perros,tratamientos


Como hemos visto hace poco, el asma en los perros es una enfermedad que se diagnostica cada vez con más frecuencia. No está claro si hay un aumento en el numero de casos, algo tal vez atribuible a la contaminación ambiental, o simplemente que se es más fino en el diagnostico y cada vez pasan menos casos desapercibidos.

La enorme mayoría de los perros asmáticos pueden tener una vida normal, con el tratamiento adecuado. Hay perros que solo necesitan recibir tratamiento durante las crisis y otros que se benefician más de un tratamiento de base, a modo de prevención. En ese sentido, los veterinarios que practican homeopatía dicen tener muy buenos resultados.

Cada perro es diferente y cada crisis también. Un punto clave es tratar la crisis apenas comienza y no dejarla avanzar, ya que eso dificulta claramente el tratamiento, hace que el perro pase muy mal y se prolonga las crisis más de los necesario.

El veterinario le indicará broncodilatadores, que se puede administrar tanto por boca como inhalados. Además de esos medicamentos puede ser que le indique corticoides, que tiene un excelente resultado en el tratamiento de la crisis. Puede ser que el perro tenga además alguna complicación de la propia crisis que requiere un tratamiento especial, como ser antibióticos si además esta infectado. Puede que se le indiquen nebulizaciones, tanto con suero solo como con la medicación antes mencionada.

Lo más importante a tener en cuenta es la consulta precoz apenas comienzan los síntomas. El contacto con el veterinario es algo inevitable en todos los casos.



Cómo hacer que el perro no orine dentro de casa 


Por supuesto que el punto clave para que el perro no orine dentro de casa es sacarlo fuera de casa bastantes veces. Puede sonar muy tonto lo que estoy diciendo pero os sorprenderías al ver algunas consultas. Hay personas que creen que los perros naturalmente aprenden a soportar durante horas las ganas de orinar, hasta que alguien le permite hacerlo fuera de casa. Por lo tanto, si no es un perro que puede acceder libremente al jardín o terraza, el primer punto es tener una alta frecuencia de paseos, ni hablar después de cada vez que come.

El problema es cuando nos encontramos que ya ha orinado. Lo que no debemos hacer nunca es rezongarlo, obligarlo a oler la orina, ni nada que se le parezca. No hay forma de que el perro consiga relacionar una cosa con otra, simplemente no tiene un intelecto capaz de eso. Nos mostramos indiferentes a el, pero inmediatamente limpiamos con algo que tenga un fuerte olor, como puede ser vinagre. Cuando lo llevamos fuera y orina, lo felicitamos con mucho énfasis.

La única vez que podemos llamarle la atención es si lo sorprendemos en el momento que está a punto de orinar u está orinando. Ahí le decimos un fuerte NO y lo llevamos fuera para que pueda hacerlo. Esperamos con el y lo felicitamos.

Hay perros que les lleva más tiempo y perros que lo aprenden muy rápido. Si es un perro que viene de estar en muy mala condición y ve que obtiene la tan ansiada atención orinando dentro, nos puede llevar más tiempo, pero se logra.




Los perros de antes 

Hace unos días me encontré con una amiga que conozco desde que éramos niñas. De tarde nos juntamos y ella trajo su perra a casa, para jugar con mi perro. Ahí me di cuenta de cuanto han cambiado las cosas, en todos los sentidos, pero también para los perros. En este caso el contexto era algo diferente pero de todos modos las cosas no son ni parecidas.

Es verdad que hace unos años no vivíamos en una gran ciudad, sino que en una zona de chalets, muy abierta y segura, donde se respiraba mucha libertad. Sus perros y mis perros estaban sueltos, no molestaban a nadie, se visitaban de casa en casa y no daban problemas. No eran agresivos ni entre ellos (y cuando tenían un problema no pasaba a mayores sin necesitar intervención) ni con las personas. Por supuesto que la base de su dieta era la nuestra, simplemente comían sobras y lo que se cocinaba para ellos. Al veterinario iban solo en caso de enfermedad y por las vacunas, jamás por una revisación periódica.

Ahora nuestros perros no están jamás sueltos. Para verse con otros perros hay que llevarlos de visita y tienen todo un aprendizaje de socialización. No son ni la mitad de rápidos para solucionar esa primera etapa. Tenemos que estar presentes para vigilar que todo salga bien.

Solo comen pienso y muy de vez en cuando y no sin remordimiento, le damos alguna otra cosa de comer. Visitan al veterinario con mucha frecuencia.

Seguro que son más sanos, pero el otro día me quedé con la idea de que se divertían mucho más antes.


Fuente  blogmascotas.com

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