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viernes, 9 de noviembre de 2012

Beneficios que nos aporta tener un gato en casa


Todos los amantes de los animales, y en concreto los amantes de los felinos sabemos la cantidad de beneficios que nos aporta tener un gato en casa. Pero, para aquellos que aún dudan, hoy os dejamos los 10 motivos por los que adoptarlo en nuestro hogar.

1.Compañía

Es inevitable sentirse acompañado cuando tenemos un animalito en casa, y más aún si este nos da cariño y amor día a día. Nos llegarán al corazón en poco tiempo.

2.Diversión y alegría
Quizás este sea el punto más claro de todos. Y es que nuestros gatitos son la mascota más divertida y entretenida que existe. Solo en internet las travesuras gatunas son las más buscadas en la Web. Los momentos que nos hacen pasar son desde luego únicos e inigualables.

3.Buen comportamiento
Los gatos tienen infinidad de características personales muy agradables para la convivencia. Son silenciosos, independientes, respetuosos, dulces y cariñosos.

4.Inteligencia

Es una de las aptitudes de nuestros felinos. No hace falta mucha instrucción para que nuestros gatitos tengan un buen comportamiento. Ellos mismos aprenden a hacer sus cosas si los educamos bien.

5.Buenos para nuestra salud

Tener una mascota en casa se considera medicina preventiva. Ya sea gato o perro, lo que esta claro es que promueve la salud y evita futuros problemas. Son muchos los estudios que confirman esta teoría: la salud de las personas es mejor cuando hay una mascota cerca; pueden reducir la tensión arterial, combatir el estrés y prevenir enfermedades cardíacas. Además, son especialmente favorables para niños, ancianos...

6.Menores cuidados

Si tenemos que decidirnos por adoptar una mascota en nuestro hogar, el gato nos traerá menos responsabilidades y cuidados que un perro por ejemplo. La atención es mínima dada su independencia; no hace falta pasearlos tres veces al día, bañarlos con tanta asiduidad...

7.Se adaptan a todo

Podemos tener un gato en la residencia que sea. Ya que un gran danés pro ejemplo no estaría muy a gusto en un piso pequeño, el gato se adapta a cualquier situación y hogar. Ya sea una mansión o un pequeño apartamento, nuestro felino se encontrara feliz.

8. Limpieza e higiene

Es uno de los animales más limpios que hay. De los que podemos tener en casa, será aquel que nos deje el piso más limpio, sin malos olores, y sin necesidad de una higiene frecuente.

9.Sin discriminación

Se adaptan perfectamente a todos los colectivos de personas. Le encantan los hombres, mujeres, niños y ancianos...No tienen una preferencia, pero son especialmente cariñosos con los ancianos y la gente joven.

10. Se adaptan a otras mascotas

Pueden vivir con otras mascotas en el mismo hogar. Por lo general no suele dar problemas el hecho de tener un gato con otra mascota. De hecho, el gato tratará con mucho cariño y delicadeza a otra especie si se le habitúa a este.

Así que ya sabéis, para aquellos que veían algún inconveniente en tener un gato, aquí tenéis las maravillosas ventajas que nos concede esta mascota. Desde aquí, os animamos a regalaros esta oportunidad de disfrutar de una asombrosa y extraordinaria mascota, ¡ánimo!



Cómo educar a un gato


Todo el mundo ha oído hablar del carácter independiente de los gatos. Su personalidad, aparentemente solitaria, a menudo complica su educación. Sin embargo, los dueños de gatos sabemos que esto no es tal como se cuenta, y que no es cierto que no puedan aprender ciertas normas o reglas de conducta básicas que hagan más llevadera la coexistencia con nuestros queridos amigos.

La tarea de domesticar a un gato no es sencilla. Así lo demuestran la mayoría de los estudios realizados hasta hoy, ya que son frecuentes los cambios en la conducta de los gatos. Estos felinos tienen uno de los cerebros más desarrollados del mundo de los mamíferos, y por ello es difícil comprender por qué este animal no aprende como lo hace, por ejemplo, un perro. En realidad, esta incapacidad se debe a que los gatos son cazadores solitarios y, como están acostumbrados a vivir sin el apoyo en otros congéneres, no aceptan órdenes con la misma facilidad con que lo hacen otros animales domésticos.

En las relaciones entre estos felinos no existe el concepto de orden. La única excepción es la relación entre madres e hijos. Existen, sin embargo, algunas pautas básicas que podemos enseñarle ya que disponen de una buena capacidad de aprendizaje. Existen dos campos fundamentales para orientar a nuestro gato: la mejora de la convivencia y los factores de seguridad para su vida.


Convivir cómodamente con un gato

Nuestro gato tiene que aprender a respetar a las personas con las que convive. Los puntos críticos que debemos tener en cuenta para hacer más llevadera la coexistencia hombre-gato son la utilización del cajón de arena, el rascador, el aseo general y la alimentación. Para que nuestro gato aprenda a utilizar correctamente el cajón de arena, es recomendable que lo dejemos en un lugar tranquilo y lo limpiemos correctamente. La materia fecal se debe eliminar diariamente y es necesario cambiar la arena una o dos veces por semana, dependiendo de la cantidad de piedritas impregnadas con orina.

Para impedir que nuestro gato arañe los muebles, se pueden poner obstáculos físicos, o bien cubrir el mobiliario con fundas de distintos materiales o rociarlo con ciertas feromonas felinas que se pueden encontrar en las tiendas veterinarias.

El aseo general del gato también es uno de los factores primordiales sobre el que tendremos que trabajar. La aversión de los gatos al agua es conocida por todos, por ello, para evitar tener un gato adulto en casa que no seamos capaces de meter en la bañera, es conveniente comenzar a realizar actividades de aseo a una edad muy temprana. El cepillado, cortarle las uñas... son cosas que el gato debe conocer durante sus primeras semanas de vida, periodo en el que se produce su socialización.

Por último, el factor alimentación es también muy relevante para mantener la higiene en una casa con gato. A las cuatro o cinco semanas de vida, el gatito comienza a comer y es en este momento cuando debe empezar a consumir pienso. Así fijaremos sus gustos alimenticios cuando sea adulto y no aparecerá con presas muertas. De este modo no desarrollará el hábito de consumir comida cazada por él mismo.

Evitar los accidentes domésticos

Aunque los accidentes en un hogar son relativamente frecuentes, enseñar bien a nuetro gato puede evitarnos pequeños sustos. La curiosidad del gato está extremadamente desarrollada y también posee la capacidad de llegar a casi todos los lugares de una casa. Estos dos factores combinados hacen muy probable que nuestra mascota se lastime en algún momento.

Elementos como la cocina, la estufa, la lavadora... pueden ser muy peligrosos para la integridad de nuestro gato. Realizar un aprendizaje por condicionamiento negativo para que el gato no se suba a los electrodomésticos suele ser una medida eficaz. Por ejemplo, dispararle con una pistola de agua o un rociador en el momento que se suba, o poner una superficie que haga ruido al pisarla como papel de aluminio.

El vagabundeo del gato puede ser otro factor negativo para el buen estado físico de nuestra mascota. A partir de la pubertad -6 o 7 meses de edad-, el gato comienza a realizar frecuentes excursiones para pasear, explorar territorio o buscar pareja. Cuando esto ocurre, corren el riego de sufrir un accidente traumático, una intoxicación, enfermedades infecciosas o parasitarias. El mejor consejo es impedir que el gato salga fuera de casa, pero existen otras alternativas como poner barreras físicas e incluso hay quien utiliza la castración para evitar las salidas de su mascota.

La realización de trucos, juegos o trabajos útiles son tan difíciles de conseguir que deberemos dejarlos en manos de adiestradores profesionales. Realmente no existen muchos los aspectos sobre los que incidir para obtener algún tipo de aprendizaje por parte de nuestro gato. Simplemente podemos lograr una excelente convivencia con nuestra mascota y para ello, debemos empezar con el aprendizaje durante la etapa de socialización.



Los gatos sedentarios

Mientras que los gatos que viven de forma callejera presentan una esperanza de vida de 2 a 4 años, los que viven dentro de casa pueden vivir entre 12 y 13 años. Esta mejora espectacular depende básicamente de tres factores: la no exposición a riesgos potencialmente letales (coches, peleas, infecciones víricas, etc.), a su alimentación (continua, sin esfuerzo y de calidad) y a los cuidados sanitarios que recibe.

Aún así, los gatos que viven dentro de casa, tienen tendencia a padecer determinadas patologías relacionadas con su sedentarismo, debido a los pocos ejercicios físicos que realizan o a la tendencia al acicalamiento por su sano estado de salud.

El problema de la obesidad
De entre las patologías más habituales, cabe destacar la obesidad. El felino que vive dentro de casa apenas está motivado para realizar ejercicio, ya que suele pasar la mayor parte del día durmiendo o tumbado. Además, no ha de pelearse por el sustento porque éste está siempre disponible en su comedero.

La obesidad promueve aún más el sedentarismo, aumenta el riesgo de enfermedades: cardiorrespiratorias, hipertensión arterial, diabetes mellitus, procesos articulares (artrosis, artritis...), disminución de la fertilidad y aumento del riesgo frente a las anestesias e intervenciones quirúrgicas. Por otro lado, un gato con sobrepeso suele presentar un aspecto desaliñado, un pelaje sucio y despeinado, dado que por su sobrepeso no es capaz de acicalarse el tercio posterior.

Es importante evitar y controlar esta dolencia en los gatos domésticos, midiendo la cantidad de alimento que ingieren al día, incitándoles al juego y proporcionándoles un alimento con un nivel bajo en calorías y un nivel moderado de fibra.

La muda continua
La muda del pelo se rige por los fotoperiodos. Los gatos que viven en la calle, sometidos a los cambios de temperatura estacionales y a las horas de luz que marcan las diferentes estaciones del año, pierden menos pelo que los que viven en casa y sólo lo hacen en determinados momentos.

En cambio, los que pasan la mayor parte del día dentro del hogar están expuestos un mayor tiempo a la luz artificial, con una temperatura más o menos constante todo el año (en invierno no pasa frío por la calefacción y en verano disfruta del aire acondicionado). Son estas las razones por las que las mudas no suelen acoplarse a los ciclos naturales y tampoco duran lo habitual. El resultado es que el gato pierde pelo constantemente durante todo el año.

Así, es importante favorecer la salud del manto de los felinos domésticos que están en constante muda. Un método muy eficaz es proporcionarles alimentos de alta calidad, digestibles y con ácidos grasos esenciales como Omega 3 y 6, que favorezcan la salud de la piel y que ayuden a conseguir un pelo brillante y lustroso.

Las bolas de pelo
Adicionalmente a esta pérdida constante de pelo, aparece otro signo habitual en los gatos: los
tricobezoares o, lo que es lo mismo, bolas de pelo. Estas bolas pueden presentar, además de pelos, restos de alimento, de secreciones gástricas o restos de materiales vegetales (si la mascota ha ingerido trocitos de hierba o de hojas). El gato se acicala mediante el lamido para limpiarse y cepillarse el manto. Su lengua es rugosa debido a la presencia de una especie de espículas o papilas que actúan como un cepillo, arrastrando el pelo muerto y tragándoselo.

Este pelo transita por el tracto digestivo normalmente y, o bien es excretado por las heces, o es regurgitado. Ocasionalmente, la excreción de la bola puede ir precedida de una pequeña regurgitación de fluido gástrico o comida, o puede escucharse una especie de tos seca. En otras ocasiones, cuando se ingiere demasiado manto o si el proceso de la digestión se ve alterado por algún problema, se forman bolas de pelo que se acumulan en el estómago o en el intestino.

Estos animales pueden ingerir demasiada capa capilar si padecen trastornos conductuales o neurológicos. Los que tienden a aburrirse se lamen en exceso, llegándose a provocar alopecias y heridas, además de ingerir una cantidad excesiva de pelo, al igual que los que padecen ansiedad. A esta lista se suman los de pelo largo o semilargo (Persas o cruces de Persa, Bosque de Noruega, etc.) o los que conviven con otros felinos que, por ser muy sociables, se acicalan entre sí.

En condiciones naturales y cuando los gatos tienen acceso al exterior o al jardín, pueden ingerir hierbas o restos vegetales para favorecer la eliminación de dichas bolas. En el caso de que nuestra mascota no llegara a expulsarlas, su presencia en el tracto gastrointestinal puede provocar vómitos, diarreas o constipación, obstrucción gastrointestinal (en este caso debe someterse a extracción quirúrgica), anorexia o pérdida de peso, entre otros.

Esta afección se diagnostica tanto por los síntomas que el gato manifiesta, como por la confirmación de su presencia a través de ecografías o radiografías. El tratamiento que tendremos que aplicar consiste en la administración de fluidos o medicamentos que mejoren el tránsito gastrointestinal y provoquen la eliminación de la bola, o bien la intervención quirúrgica.
Prevenir es mejor que curar
Estas patologías pueden ocasionar serios problemas en el estado de salud del gato. Las consecuencias secundarias, tales como la anorexia o alopecia, se pueden prevenir fácilmente siguiendo una serie de consejos para que a tu animal, cuando ingiera el pelo de su cuerpo, no forme bolas de pelo. Una medida esencial en este apartado es el cepillado frecuente de tu gato mediante un peine especial para así eliminar mecánicamente el pelo muerto y evitar que sea ingierido.

Los centros veterinarios y tiendas especializadas disponen de productos especializados para este tipo de enfermedades, aunque no siempre son bien tolerados por la mascota. Si es así, una posible alternativa sería proporcionarle una alimentación altamente digestible, que incorpore fibra (sobre todo fibra de avena) y que favorezca la formación y eliminación de estas bolas tan problemáticas.


Fuente  mascotas.facilisimo.com

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