En la actual sociedad hay una gran cantidad de perros considerados agresivos: desde perros que ladran a las visitas hasta perros que muerden a sus propietarios. La agresividad es atajada con el abandono u en el peor de los casos el sacrificio, ¿pero es necesario llegar a tales extremos?
Si tienes un perro que muestra algún tipo de actitud agresiva, si te gruñe cuando te acercas a su comida, cuando lo apartas, si enseña los dientes cuando un desconocido lo va a acariciar o si ataca a otros perros, te aseguro que mis consejos te van a ser muy útiles.
Si escuchas lo que tengo que decir podrás evitar cualquier agresividad en tu perro.
Si aplicas los consejos que voy a darte conseguirás una mascota dócil, fiel y pacífica, y nunca tendrás que preocuparte por que gruña a nadie por ningún motivo.
Sigue mis instrucciones y controla una actitud agresiva antes de que sea tarde: logra detener el mal comportamiento, evita cualquier muestra de agresividad y consigue a cambio una mascota amistosa y serena.
Utilizando los consejos que voy a darte el 82% de los perros agresivos moderan su actitud y no vuelven a mostrar signo alguno de agresividad hacia humanos, animales u objetos. Los que no alcanzan a mejorar su comportamiento, está probado que suele ser porque sufren enfermedades físicas, como terribles dolores, o psicológicos, como la esquizofrenia.
Y aquí viene la base de mis consejos, lo primero que debes hacer:
Ser el líder
Sí, lo sé, puede que suene extraño. Tal vez nunca hayas sido el “alfa” de la “manada”; es probable que precisamente eso haya ocasionado la agresividad de tu perro. ¿Sabes por qué? Porque al no convertirte en su líder, él se ha convertido en el tuyo, y espera que hagas su voluntad; si no haces lo que él quiere se muestra agresivo para dominarte.
Esta es la verdad detrás de al menos el 40% de la agresividad canina: la dominación.
Aquí tienes los dos pilares necesarios para combatir la agresividad en tu perro. Si los sigues conseguirás moldear su comportamiento.
En primer lugar descubre las situaciones que vuelven agresivo a tu perro. Si se trata de dominancia entonces serán cosas como mirarlo fijamente a los ojos, acercarte a su plato de la comida, o tocar sus juguetes.
Para trabajar con la dominación debes ver estas situaciones y evitarlas en la medida de lo posible. Hay cosas ineludibles, lo sé, p ero intenta evitar la agresividad por evadir las situaciones que la generan. De esta manera tu perro tendrá un mejor ánimo para el siguiente y más importante paso.
El adiestramiento
Así es. En esencia lo que tienes que hacer es enseñarle a tu perro que tú eres el líder y él debe ser tu seguidor. Debes comenzar de inmediato un plan de obediencia canina que le enseñe su lugar en la manada. Tú le das permisos, no se los toma por su propia mano.
La mejor manera de adiestrar a un perro es recompensándolo cuando haga algo bien. Tómate diez minutos al día para enseñarle algunos trucos, dale chucherías cuando haga lo que le mandas. Si te obedece, aunque sea por recibir un premio, empieza a entender que tú llevas las riendas, que eres el líder, el jefe de la manada, y él obedecerá porque es así como obtiene beneficios.
Mi recomendación es que ahora, de inmediato, comiences a educar a tu perro. Edúcalo, enséñale trucos, muéstrale que tú tienes los beneficios, tú lo recompensas cuando se porta como tú quieres. No le des comida cuando te la pida, sino cuando se la merezca; no le permitas dormir en tu cama, es tu lugar de descanso; no cedas a sus caprichos.
Si sigues mis consejos podrás moldear la agresividad, podrás cambiar el comportamiento de tu perro, y por fin tu mascota será dócil y pacífica, un animal con el que dé gusto convivir.
Por supuesto tal vez necesites una guía sobre obediencia canina para saber exactamente cómo educar a tu perro ahora que tanta falta te hace.
Si es el caso, te recomiendo encarecidamente que te hagas con mi manual de Adiestramiento Canino Fácil y empieces a poner en práctica de inmediato todos mis consejos en pos de un perro tranquilo y amigable.
Fotografía: StateFarm / Flickr.
Viajar con perro: consejos
El automóvil es el medio de transporte más común, sencillo y cómodo para viajar con animales. Cuando lo precisa, el animal puede salir, pasear, comer, beber y hacer sus necesidades.
Si no está acostumbrado a ir en coche, es aconsejable hacer recorridos cortos antes de realizar un viaje largo.
Es recomendable que el perro viaje con el estómago vacío, y parar cada dos o tres horas para que beba agua.
En España, la Dirección General de Tráfico no exije que los animales vayan atados, pero sí deben ir colocados adecuadamente para que no dificulten la libertad de movimeintos, el campo de visión ni la atención del conductor.
La forma más segura de desplazarse, tanto para el animal como para el resto de los pasajeros, es que el primero viaje dentro de un transportín. El animal no necesita estar atado y puede moverse dentro del habitáculo. Se recomienda colocar los transportines en el asiento trasero o bien en el maletero si el vehículo es de tipo familiar, para que el aire pueda circular en todo momento.
En el caso de perros grandes, también pueden ir sueltos, separados del resto de los ocupantes por una rejilla o un armazón extensible, pero es menos seguro.
Otra opción es atarlos al cinturón de seguridad, mediante un arnés especial para animales, pero esta opción sólo se recomienda en viajes cortos.
Es recomendable llevar una toalla o una manta que, además de proteger la tapicería del coche, dará un aire familiar al rincón asignado al animal.
Durante el trayecto, debemos impedir que el perro saque la cabeza por la ventanilla, ya que esto puede causarle otitis o conjuntivitis, aparte de que podría entrarle alguna mota de polvo o un insecto en los ojos, oídos o nariz. El exceso de aire frío en los pulmones también puede provocar enfermedades.
Si tienes que dejar el animal en el coche, aparca en la sombra, sobre todo en verano, y deja siempre las ventanillas un poco abiertas, asegurando que la abertura no le permita sacar la cabeza y que no pueda quedar atrapado en ella. Tu animal necesita oxígeno y una buena renovación de aire para respirar bien. Si vas a tardar un rato, calcula cómo variará la zona de sombra durante su ausencia.
Recuerda: durante el viaje...
- Para cada dos o tres horas para que tu mascota pueda estirar las patas, beber y hacer sus necesidades. Antes de abrir la puerta, ponle la correa para impedir que salga corriendo y vaya a parar bajo las ruedas de otro coche.
- No lo lleves nunca en el maletero de un vehículo que no sea de modalidad familiar. Los perros y los gatos suelen padecer claustrofobia y los gases por mala combustión pueden ser letales.
- No lo dejes en el coche, ni aún a la sombra, si vas a tardar en volver. Si la temperatura supera los 30ºC puede sufrir un shock o golpe de calor.
- Ten cuidado con las retenciones de tráfico. Los animales pueden sufrir una insolación e incluso morir por el calor. Si prevés que vas a estar mucho rato parado, para el vehículo y salid los dos a dar una vuelta.
Fuente: Fundación Affinity. Imágenes/Flickr: Diskychick, jespahyoy, jumpyjodes.
Epilepsia en perros
La epilepsia se puede definir como una descarga electroquímica del cerebro, que puede aparecer en cualquier momento y que se hace repetitiva en el tiempo, es decir, que el enfermo repite sus crisis durante la mayoría de su tiempo de vida. Una descarga electromagnética supone que las neuronas se despolarizan o transmiten señales eléctricas a otras semejantes vecinas, difundiendo así esta excitabilidad a la totalidad cerebral.
Pero el cerebro envía axones o ramos nerviosos hacia los efectores o músculos. Éstos no pueden contraerse si no reciben una señal desde el cerebro para tal efecto. Es por esto, entonces, que cuando uno observa un paciente con epilepsia llama la atención la intensa actividad muscular que se hace presente. Lo característico de esta enfermedad es que estos episodios de hiperactividad muscular convulsiva se repiten en el tiempo, evidenciándose en el enfermo una absoluta normalidad orgánica entre estas crisis.
La epilepsia es una de las enfermedades neurológicas más antiguas que se conocen y ha sido una verdadera pesadilla para quienes la padecen. Para un adulto, un ataque epiléptico de la mascota familiar no debe ser una experiencia sofocante, pero para un niño puede llegar a ser terrible. Afortunadamente, muchos ataques son nocturnos o pueden pasar desapercibidos para los jóvenes de la familia.
Etapas del ataque epiléptico
Aura: se presentan ciertos signos indicativos del inicio del ataque como son: inquietud, nerviosismo, temblores, salivación, descoordinación y enajenación. Estos signos pueden persistir sólo por unos segundos o por varios días, por lo que muchos propietarios no se percatan con claridad de ellos.
Ictus o Ictal: se refiere al ataque en sí. Éste puede durar unos cuantos segundos o varios minutos. Durante un episodio, el perro comúnmente cae derribado sobre un costado y hay una respuesta motora involuntaria, manifestada por movimientos de patadas, pedaleo o remo. El perro producirá una salivación excesiva y puede perder el control sobre sus esfínteres anal y urinario.
Todos estos actos son inconscientes por lo que el animal pierde relación con el medio ambiente.
Postictal: se caracteriza por un periodo de confusión, desorientación, excesiva salivación, inquietud, falta de respuesta confiable en relación a los estímulos ambientales y en algunos casos ceguera.
Tipos de ataques epilépticos
Los síntomas dependen del lugar de origen de las descargas eléctricas. Si es toda la corteza cerebral, el animal cae de lado, con gran rigidez, y pedalea. Ésta se manifiesta con gran salivación, defecación y micción. Estos signos duran aproximadamente minuto y medio, luego comienza los signos del postictus, que son extrema excitabilidad, el animal corre sin rumbo, chocan con objetos. Otra forma de presentación es la depresiva, en la que el paciente entra en un sueño ligero o profundo que puede durar horas.
Si es parcial, es debido a lesiones cicatriciales focales. Según la ubicación de éstas, es el tipo de signo que observaremos. Por ejemplo, si el perro posee una cicatriz en el área cerebral donde se regula la capacidad sensorial, puede que manifieste ataques de prurito o ?picazón? en alguna parte del cuerpo, provocándose auto mutilación en un gran número de pacientes. Este tipo de epilepsia es muy frecuente en aquellos pacientes que sufrieron Distemper y que dejaron como secuela este tipo de lesión.
Los ataques se presentan entre uno y siete años de edad, generalmente a los dos años. Siendo la epilepsia un problema que se presenta en individuos consanguíneos, se considera un desorden de tipo genético. Algunas razas las padecen con mayor incidencia, como: Pastor Alemán, San Bernardo, Beagle, Setter Irlandés y Caniche.
Diagnóstico y tratamiento
El diagnostico lo debe hacer un profesional veterinario, ya que es el único capaz de establecer las diferentes patologías que también provocan convulsiones y temblores. En los animales que padecen epilepsia debemos evitar las fuentes de tensión. Se ha detectado que también estos episodios se pueden iniciar por efecto hormonal en las hembras, por lo que se recomienda esterilizar tanto a machos como a hembras.
Los ataques verdaderos de epilepsia duran 30 minutos, hay que llevar urgentemente al animal al veterinario. Deberá evitar que se golpee con artículos que existan a su alrededor como muebles u otros objetos. Durante el ataque, el animal atraviesa una enajenación en donde desconoce a su dueño y al medio que lo rodea, por lo que no conviene tocarlo. Debemos observar la duración y fecha, para tenerlo en cuenta a la hora de establecer un tratamiento, la dosis y la frecuencia del mismo.
El tratamiento consiste en la administración de anticonvulsivantes de manutención. Estos medicamentos impiden que las neuronas epilépticas disparen y diseminen sus descargas eléctricas. En la actualidad, existen muchos medicamentos en el mundo destinados a este objetivo. En el perro y gato, el principal corresponde al Fenobarbital, el cual debe suministrarse dos veces al día y mínimo por seis meses. Este tiempo es el que requieren las neuronas epilépticas para que ?aprendan? a no convulsionar. Otro medicamento es el Bromuro de potasio.
El dueño debe estar tranquilo, pues en general no representa riesgo de muerte para el paciente, y no es necesaria la eutanasia como se piensa, pues los perros epilépticos pueden vivir con su tratamiento de forma normal.
Fuente facilisimo.com
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