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miércoles, 26 de junio de 2013

El canibalismo en los hámster



El canibalismo es un comportamiento muy frecuente en roedores como los hámster, gerbos, ratas y ratones. Este hecho les ha otorgado muy mala fama, puesto que esta excentricidad puede resultar inconcebible para cualquier persona, pero tiene su origen en el instinto de supervivencia animal. Por más que pueda parecernos antinatural desde un punto de vista ¿humano¿, en la mayoría de los casos se puede considerar como normal el acto de canibalismo más habitual: el de una hembra devorando a su camada.

Cuando un hámster hembra tiene crías, se puede dar el caso de que se coma parte o toda su descendencia pero, aunque parezca increíble, la mayoría de las veces esto es ocasionado por la intervención humana. No existe una única causa para que se produzca la antropofagia, sino varias que acaban desencadenándolo.

¿En qué consiste este comportamiento?

El comportamiento caníbal se basa, en el caso de los roedores, en mutilar o devorar a sus propias crías. Existen dos tipos distintos de canibalismo: uno 'normal' y otro 'aberrante'. En el primero, la madre devora a las crías que mueren o nacen muertas. Se puede denominar como normal puesto que se produce para eliminar los restos del nido que podrían traer problemas para el resto de la camada. Pero ¿por qué estos roedores no optan por sacar a sus crías de la madriguera? La respuesta está en que son vegetarianos y no ingieren suficientes proteínas. Además, los tejidos vegetales contienen proteínas de peor calidad. Devorando a las crías muertas se consigue reincorporar parte de las reservas que la madre empléo durante el embarazo.

El canibalismo aberrante es aquel en el que cuando se produce dicho comportamiento, no ofrece ninguna ventaja para la especie puesto que se mata a animales sanos, con lo cual se pone en peligro la crianza para la pareja que practica dicho canibalismo.

¿Cuáles son las causas?

Uno de los motivos puede ser que la hembra sea demasiado joven y no se sienta capacitada para sacar adelante a su camada. Por esto se recomienda que no críen antes de los dos meses, ya que puede que no tengan la suficiente leche para amamantar a los recién nacidos y opten por comérselas. Las pequeñas crías le servirán para almacenar las proteínas necesarias para su próxima camada.

Otra situación posible es que la hembra sienta que le falta espacio o comida. En este caso, considerará que no podrá sacar adelante a todas sus crías, así que mata a las más débiles para que las más fuertes sobrevivan. Ella no sabe que dispone de toda la comida y espacio que quiera ya que su comportamiento es igual que si estuviera en cautividad. Además, piensa que lo que tiene en un momento determinado es de lo que dispone y trata de adaptarse, sin contar con la ayuda que su cuidador puede proporcionarle.

Como ya hemos mencionado, cuando nacen crías muertas, la madre opta por la limpieza del nido para evitar problemas infecciosos. Se puede decir que es normal puesto que obedece a un fin concreto: elimina restos del nido que podrían atraer a depredadores y que, además, si quedaran en el propio nido, se pudrirían pudiendo provocar enfermedades que acabasen con el resto de la camada. Como ya se ha mencionado, los hámster siempre actúan como si no vivieran en cautividad y, por lo tanto, consideran que pueden sufrir ataques de externos. Las crías enfermas o muertas deberán ser apartadas del nido.

Molestar a una madre durante los momentos del parto o la lactancia puede provocar un acto de antropofagia. Hay que intentar que la hembra se sienta segura. Por lo tanto, lo más importante es no intervenir en estos momentos y prevenir un posible rechazo hacia las crías. Tocar el nido e impregnarlas con nuestro olor corporal es aun peor. Los hámster son prácticamente ciegos y se guían por el oído y el olfato. Si una hembra detecta un olor diferente en una de las crías, pensará que un intruso que ha venido a atacar a sus pequeños. La rechazará o la atacará y matará para proteger a las demás. Por eso no se deben coger a las crías hasta pasados al menos quince días de su nacimiento. Si fuese imprescindible cogerlas, lo más aconsejable es utilizar unos guantes de látex.

Medidas preventivas

El comportamiento antropófago en los roedores es un acto muy desagradable y para evitarlo deberemos tener en cuenta los factores desencadenantes. De lo contrario, nunca conseguiremos que la mascota críe y, si lo hace, puede que obtengamos ejemplares mutilados durante los ataques de la madre.

No es recomendable que las hembras menores de dos meses se reproduzcan y, en caso de que sea inevitable, se deberá prestar especial atención a su alimentación. Tampoco deberemos intervenir en los momentos previos y posteriores al parto y la lactancia. El estrés ocasionado por la falta de espacio o comida puede provocar la intranquilidad de la hembra y, como consecuencia fatal, el ataque a las camada. Que la madre esté molesta y estresada es la principal causa del canibalismo y, por tanto, deberemos prestar atención a este factor. El lugar para la cría deberá ser tranquilo y adecuado, y los animales deberán ser molestados lo menos posible.




La alimentación de las tortugas de tierra



Pertenecientes al grupo de los reptiles y a la orden de las testudinata, las tortugas terrestres constituyen una de las especies más apreciadas entre los amantes de este tipo de animales. Muchas de sus variedades se encuentran en peligro de extinción y está prohibida su venta, por eso debemos comprarlas siempre en establecimientos autorizados. Las "tortugas de caja" son las más habituales en los domicilios como mascota, aunque su cuidado y alimentación son bastante delicados.

Para empezar, tenemos que saber que una tortuga de tierra no sólo come lechuga. Debemos administrarle una dieta variada y equilibrada, que le permita vivir de un modo saludable y crecer con fortaleza. Las hortalizas, frutas y verduras, por supuesto, constituyen la base de su alimentación, por eso, te recomendamos que no falte en su comida: tomate, la parte blanca del apio, calabacín, maíz, hinojo, piña, sandía, melocotón, setas, rosa china...

Las proteínas, el calcio y el agua

cabeza de tortugaCon una alimentación rica en vegetales, estamos favoreciendo la nutrición de nuestra tortuga de tierra a base de vitaminas y minerales, sin embargo, es necesario complementarla con las proteínas suficientes. Para ello, siempre es mejor recurrir a los brotes de soja, aunque algunas tortugas terrestres, sobre todo las de caja orientales, pueden agradecer algunos insectos y lombrices de vez en cuando.

Para las tortugas que están creciendo o hembras que vayan a poner huevos, es siempre recomendable incorporar a la dieta algunos suplementos de calcio para garantizar un desarrollo adecuado y sin problemas. Sólo hay que espolvorear el calcio sobre la comida. Consultaremos con el veterinario la marca comercial que más le conviene a nuestra mascota.

Es una obviedad recomendar que el agua no le falte a la tortuga, pero debemos insistir en ello. Tendremos que administrársela en un gran recipiente, para que pueda sumergirse, mojarse, bañarse, y, sobre todo, beber.

Controlar la alimentación
tortuga pequeñaA menudo los dueños de tortugas caen en el error de dar demasiada comida a la tortuga. Cuando apenas se mueven o enferman, sabremos que nos estamos equivocando en la dieta del reptil. La sobrealimentación tiene como resultado tortugas poco saludables e inactivas.

En el caso de las crías, mucha comida sólo les reportará caparazones abultados que se derivan de un crecimiento demasiado rápido. Siempre es mejor que las pequeñas tortugas terrestres pasen hambre a que coman más de la cuenta.

Por otra parte, las hierbas silvestres y las flores suelen ser mucho más saludables que las hojas de lechuga. Los pastos y las flores suelen tener más fibra y se asemejan más a la dieta natural de estos reptiles. Aunque la lechuga no es nociva, no debe ser la única fuente verde de la dieta.

Qué no deben comer

Las tortugas de tierra de origen mediterráneo nunca deben comer guisantes, judías, habas, plátano, queso o carne. No son adecuadas para un buen estado de salud. Por su parte, las tortugas de caja tropicales sí que pueden comer algo de carne, sobre todo en forma de caracoles y lombrices.

Muchas personas creen que es bueno administrar pienso de perro a las tortugas. Es un error, ya que incorporan suplementos nutritivos superiores a los que necesita una tortuga. El alimento seco para gatos puede ser adecuado en el caso de tortugas de orejas rojas, siempre que no se lo demos con mucha frecuencia.

Ante cualquier duda, lo mejor es obtener la opinión de un profesional. La persona que nos vendió la tortuga nos informará de qué debemos dar de comer al animal, pero sin duda es fundamental contar con las recomendaciones de un buen veterinario especialista en estos reptiles.

Fuente: Groups.msn.com/Supertortugas y Personales.com/espana/valencia/tortugas/



Cobayas de pelo largo:Clases y cuidados



Las cobayas son hoy en día unas mascotas muy populares. Y es que ya sean de pelo largo o corto, son muy dóciles y amigables. Son muchos los tipos de cobayas que existen. Por eso, aquí os hablamos de las cobayas de pelo largo y sus cuidados especiales.

Tipos de cobayas de pelo largo

Peruviana

El pelo de esta cobaya puede medir hasta 20 cm de largo. Este es muy sedoso, brillante y liso; y puede ser de diferentes colores. Tiene tres rosetas: una en la cabeza y dos en la parte trasera.

Merino

Su pelo es largo, denso y ondulado o rizado. A veces hasta se le forman tirabuzones en el pelaje.

Texel

La cobaya texel es la que tiene la piel más sensible de todas. Por eso, a la hora de sus cuidados en cuanto a higiene y sobre todo con el cepillado, debemos tener más cuidado para no provocar heridas en su piel.

Alpaca

Con pelo largo, intenso y rizado. Posee unos cuantos remolinos en su cuerpo.

Sheltie

Es la mezcla entre la cobaya de pelo largo y la de pelo corto, ya que el pelo de su cuerpo puede medir lo mismo que el de las cobayas de pelo largo, pero no le crece en la cabeza, asimilando así, a una de pelo corto. Su pelo es muy suave y manejable.

Cuidados

Las cobayas de pelo largo necesitan cuidados diferentes respecto al resto de cobayas, y es que al ser su pelo más largo, este tiene que estar limpio con más frecuencia. Esta cobaya por lo tanto, necesita más baños que las de pelo corto. Hay que tener cuidado con no sobrepasarse, ya que puede afectar a su pelaje natural.

A la hora del baño hay que prestar especial atención al agua. Esta no puede entrarle en los oídos, nariz o boca; por lo que hay que realizar baños con tiempo y calma. El agua utilizada debe estar tibia y en cuanto al champú, podéis comprar uno en vuestra tienda de mascotas habitual específico para ellas o usar algún champú suave o para gatos.

A la hora de secarla, debéis utilizar una velocidad baja en el secador y con una temperatura media ya que son muy sensibles a este y muy asustadizas. Es importante que la sequéis sobre todo en épocas de frio y que la cepilléis bien con un cepillo suave. Desprenderá bastante pelo, pero no olvidéis cepillarla con frecuencia para evitar futuros nudos y enredos.

Imágenes: cobaya.org; http://delatierruca.tripod.com; laaldeadelsur.com( Minda Santos)

Fuente  mascotas.facilisimo.com

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